El día 22 de abril se celebra el Día Internacional de la Madre Tierra, una conmemoración instaurada el mismo día de 1970, cuando tuvo lugar la que actualmente se conoce como la primera gran manifestación medioambiental del planeta.
El origen de este día lo encontramos en el año 1968, cuando el Servicio de Salud Pública de EE.UU. organizó el Simposio de Ecología Humana para que los estudiantes pudieran escuchar a los científicos abordar las consecuencias del daño medioambiental en la salud humana.
En 1970, el senador y activista ambiental Gaylord Nelson propuso la creación de una agencia ambiental dado que “el problema ambiental más importante es que rara vez se menciona, y que es la falta de una ética de conservación en nuestra cultura” (Nelson, G.: 1961). Para recabar el apoyo social, organizó una manifestación masiva a la que acudieron más de dos mil universidades, decenas de miles de escuelas públicas y centenares de comunidades. Como resultado, el gobierno de los Estados Unidos creó la Agencia de Protección Ambiental y una serie de leyes destinadas a la protección del medio ambiente.
Razones y consecuencias
Dada la severidad de la actual crisis climática, la sociedad actual demanda políticas ambiciosas y respuestas unitarias, que permitan crear un modelo de coexistencia sostenible con el planeta. Fenómenos tan preocupantes como la progresiva acidificación y contaminación de nuestros océanos, o los fenómenos atmosféricos extremos (inundaciones, incendios forestales, huracanes, etc.), suponen una clara amenaza para el disfrute pleno y efectivo de los derechos fundamentales de gran parte de la población mundial, que ven en riesgo aspectos tan esenciales como son su hogar o su propio sustento económico. En estos momentos, nos enfrentamos al COVID -19, una pandemia sanitaria mundial, que guarda una especial relación con el deterioro de nuestros ecosistemas.
Jones et al.(2013) http://www.pnas.org/content/110/21/8399.full.pdf
El impacto de la actividad del ser humano en la historia reciente, se traduce en una notable pérdida de la biodiversidad, la deforestación de nuestros sumideros de carbono terrestres (bosques, principalmente), el cambio de uso del suelo, la producción agrícola y ganadera intensiva y el creciente comercio ilegal de especies al borde de la extinción, entre otros. En definitiva, la alteración de nuestro entorno natural puede incrementar el contacto y la transmisión de enfermedades infecciosas de animales a humanos (conocidas como enfermedades zoonóticas).
De acuerdo con los datos aportados por el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), una nueva enfermedad infecciosa surge en la especie humana cada 4 meses. De estas enfermedades, el 75% tiene su origen en animales. Esto evidencia el vínculo tan estrecho que existe entre la salud humana, animal y ambiental.
Es el momento del cambio
La actual situación de pandemia representa un importante desafío no sólo para la salud pública y la economía mundial, sino también para la diversidad biológica. Sin embargo, podemos hacer que la biodiversidad sea parte de la solución, ya que una gran diversidad de especies dificulta la propagación rápida de patógenos. A pesar de la fuerte presión internacional, la biodiversidad continúa deteriorándose a nivel global a un ritmo sin precedentes en la historia humana. Se estima que alrededor de un millón de especies animales y vegetales se encuentran actualmente en peligro de extinción.
En PROMERITS, nos encontramos plenamente concienciados con la situación de crisis climática en la que nos encontramos actualmente. Por ello, una de las prioridades de nuestra estrategia como empresa de Educación Superior ONLINE se centra en reducir nuestra huella de carbono y en procurar concienciar a nuestro alumnado sobre el impacto de sus acciones en nuestro medioambiente.
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Eduardo González Sánchez
Técnico de Comunicación, Marketing e Innovación Estratégica en Promerits
¡Me encantó el post, debería leerlo todo el mundo, haber si de esta manera se conciencian del mal que causamos a nuestro planeta! Un saludo.