Día Mundial contra el Trabajo Infantil

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¿Sabías que hoy en día más de 152 millones de niños están en situación de Trabajo Infantil?

Es lo que concluye el último informe de la Oficina Internacional del Trabajo realizado en 2017. 1 de cada 10 niños de todo el mundo son obligados a trabajar de manera forzosa e ilegal y aproximadamente la mitad de ellos (73 millones de niños) realizan trabajos de riesgo que afectan a su integridad física, a su salud y a su desarrollo psicológico.

A pesar de los avances realizados en esta materia durante los últimos tiempos, acabar con esta lacra sigue siendo una de las máximas prioridades para los gobiernos de todos los países. Las estimaciones globales señalan que el ritmo de reducción de trabajo infantil se ha estancado en los últimos años y podría resultar insuficiente para cumplir con la meta de erradicarlo definitivamente en el año 2025.

El 12 de Junio se celebra el Día Mundial contra el Trabajo Infantil. Este día fue declarado así por la OIT en 2002 y tiene como finalidad concienciar de forma global sobre este problema y hacer hincapié en las formas de erradicarlo.

Cómo afecta psicológicamente el Trabajo Infantil

Una de las principales consecuencias derivadas del trabajo infantil son las secuelas psicológicas que arrastran muchos de estos niños tras haber estado sometidos a las condiciones laborales.

Los niños que trabajan pierden en muchas ocasiones, la oportunidad de ir al colegio y aprender a relacionarse, de jugar y, en definitiva, de ser niños. Empezar de forma prematura a trabajar les obliga a relacionarse con adultos y a asumir responsabilidades de estos, lo que afecta de forma clara a su desarrollo psicosocial.

Varios profesionales de la psicología alertan de los riesgos a los que están expuestos los niños que trabajan. La psicóloga Elsa Aliaga Meléndez, docente de la Universidad Continental de Perú, señala la baja autoestima, la maduración prematura, la frialdad emocional o la predisposición a la violencia como riesgos principales derivados de la explotación laboral infantil, entre otros.

Todos estos riesgos psicológicos son abordados por algunos de los estudios de Promerits en materia de Psicología, como el Curso Universitario de Especialización de Psicología de la Personalidad y Diferencias Individuales o el Curso Universitario de Especialización en Trastornos de la Personalidad.

La educación como respuesta al Trabajo Infantil

La Organización Internacional del Trabajo señala la falta de acceso a la educación primaria que tienen más de 75 millones de niños en el mundo, como una de las principales causas del trabajo infantil temprano. Por eso, plantean la necesidad de impulsar el acceso a la educación para romper este ciclo de pobreza y trabajo infantil.

Por otra parte, el informe realizado por la OIT, recoge que hay una mayoría de niños en situación de trabajo infantil que sí logran asistir a la escuela. Un 68% de los niños entre 8 y 14 años, asisten a clases a la vez que trabajan. No obstante, en este caso no podemos hablar de compatibilidad laboral.

Estos niños que tienen la posibilidad de tomar clases al mismo tiempo que trabajan, sufren desventajas en el ámbito educativo ya que el tiempo y el esfuerzo que les demanda el trabajo es incompatible con sus capacidades y su rendimiento escolar.

El acceso a la educación gratuita, obligatoria y de calidad es una herramienta clave para poner fin al trabajo infantil. Por una parte, propicia que el tiempo que los niños pasen en la escuela los aleje de trabajar y les ayude a adquirir conocimientos y habilidades que necesitarán en el futuro. Por otro lado, rompe con una cuestión intergeneracional: es más probable que los niños que han podido beneficiarse de la educación, inviertan en la de sus hijos en el futuro.

Desde Promerits, queremos aprovechar el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, para reafirmar nuestro compromiso en la lucha contra este problema; y aportar nuestro granito de arena para visibilizar su existencia, aún muy presente en la sociedad actual.