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Día Internacional para la
Prevención del Suicidio

Los estereotipos siempre han existido. Así, de los españoles siempre se ha dicho que estamos todo el día de fiesta, en los bares bebiendo y riendo, pero ¿realmente es así? Lo cierto es que España es un país triste, pues llama la atención que el suicidio siga siendo la principal causa externa de muerte de nuestro país y, además, la principal causa de muerte entre la población juvenil.

El sufrimiento forma parte de la vida, no existe la alegría sin el dolor. Sufrir es inherente al ser humano. Cada vez es más habitual que nos invadan pensamientos y frases como, “no puedo más”, “no puedo vivir más” o “para vivir así, mejor no vivir”. Y es ahí cuando requerimos ayuda profesional para aprender a convivir con nuestros pensamientos, saber gestionarlos, transitarlos y a transformarlos en pensamientos positivos.

A partir del año 2003, la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha promovido cada 10 de septiembre el Día Internacional para la Prevención del Suicidio. En España se suicidan al día una media de 11 personas, es decir unas 4000 personas y hasta 80000 lo intentan. Fuente: RTVE.es

Hablar de la muerte no es sencillo, de hecho, se ha considerado un tema tabú en la sociedad debido a que se trata de una situación que nos provoca miedo, por lo que intentamos evitarlo. Sin embrago, hablar de la muerte y en concreto del suicidio fomenta y ayuda a romper con el estigma que se ha creado a lo largo del tiempo y se da la visibilidad que se merece y la importancia que tiene. Se necesita hablar del suicidio para poder ayudar a las personas que puedan verse o encontrarse en una situación de riesgo para poder cambiar el silencio por un mensaje de ayuda y esperanza: “te veo y estoy aquí para ayudarte”. De este modo, se podrá ver, entender y empatizar con el sufrimiento.

La OMS define el acto suicida como “todo acto por el que un individuo se causa a sí mismo una lesión, o un daño, con un grado variable de la intención de morir, cualquiera que sea el grado letal o de conocimiento del verdadero móvil”.

El suicidio es el acto de quitarse la vida deliberadamente, es un problema complejo en el que intervienen factores psicológicos, ambientales, socioeconómicos, biológicos y culturales. Nadie desea morir, ni siquiera las personas que se suicidan, pero llegan a un nivel de desesperanza y/o de angustia que ven el suicidio como la única salida de su terrible sufrimiento interno. Se nos ha hecho creer a través de la estimación y del silencio sobre el suicidio que las personas que se suicidan son “tantas cosas” que lo primero que hemos olvidado es que las personas que se suicidan son personas. Entonces, ¿qué hay que hacer? Lo primero, pedir ayuda a un especialista, como puede ser un psicólogo o un psiquiatra; pero además debemos REEDUCAR, saber qué no tenemos que decir o hacer y, por el contrario, saber qué sí hacer y decir ante una persona con tendencias suicidas.

A continuación, proponemos una serie de recomendaciones que NO se deben decir o realizar ante una persona con tendencias suicidas, y una batería de las que SÍ se deben decir o hacer, entre otras.

¿Qué no decir y qué no hacer?

  • Nunca desafíes a la persona a que lo haga, a pesar de estar en un momento de frustración, no conviene decir frases del tipo: “no creo que seas capaz de hacerlo”, “solo quieres llamar la atención” visto que puede ser el desencadenante para llevar a cabo el intento de suicidio.
  • Intenta no mostrarte atemorizado pues hará más difícil el entendimiento y podrá ocasionar en la persona la sensación de incomprensión.
  • No juzgues, reproches ni cuestiones si el suicidio es correcto o no, dado que no es el momento idóneo para dar lecciones morales, consejos, tu opinión, ni para convencer a la persona sobre el valor de la vida
  • Evita situaciones de excesivo control, sobreprotección o desconfianza, esto puede hacer sentir a la persona infravalorada y aumentaría su sentimiento de incapacidad.
  • No mientas bajo ningún concepto.
  • No trates de ayudar dando falsas expectativas como, por ejemplo: “todo saldrá bien” o “seguro que se arregla”, etc.
  • No minimices ni relativices los problemas que le causan sentirse así, ni pretendas que la persona cambie de opinión.
  • Evita los comentarios: “no es para tanto”, “eso no es tan malo”, “todos tenemos problemas”, “tienes toda una vida por delante”, pues son innecesarios y pueden aumentar sus sentimientos de culpabilidad por sentirse así y no ser capaz de encontrar una solución.

¿Qué sí decir y/o hacer?

  • Muéstrate dispuesta a escuchar a la persona de forma activa, deja que la persona muestre sus emociones y acepta sus sentimientos, recuerda que lo que más necesita es que validemos sus emociones, por lo tanto, enfrenta la situación y expresa tu preocupación.
  • Habla de forma directa y clara sobre el suicidio, preguntando-respetuosamente- sobre los motivos que le llevan a sentirte así, cuánto tiempo lleva gestionando esa idea, etc.
  • Muestra interés y disponibilidad para ella, demuéstrale que tiene su apoyo. Transmite a la persona que estas dispuesta a ayudarla, busca ayuda entre sus familiares y amigos, informando previamente a la persona tu disposición a hacerlo, y también a quienes vas a comunicárselo.
  • Responsabilízate de informarte y estar pendiente de las señales de alerta y de evolución.
  • Tranquiliza a la persona, transmite calma, y durante la conversación es importante que hables de forma segura, sin titubeos.

Estas son algunas sugerencias para ayudar a prevenir el suicidio, es importante ser consciente que no solamente afecta a la persona sino aquellos que le rodean como, por ejemplo, a familiares y amigos, por lo que volvemos a recalcar que se debe pedir ayuda a un profesional. Por otro lado, si estas sufriendo porque alguien cercano no ha encontrado otra salida a su sufrimiento y no sabes cómo afrontar este duelo te recomendamos nuestros posts de Instagram, donde damos algunos consejos, como por ejemplo sobre, Estrategias para Afrontar el Duelo.

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